Verás con cierta frecuencia debates públicos acerca de la conciliación y la necesidad de la corresponsabilidad del reparto de tareas en casa. Este asunto suele ser una fuente de conflictos en las familias, y especialmente, entre las parejas.
Lo más curioso es que este problema es fácilmente evitable con un poco de método, y siempre, generosidad (en mi opinión, una de las cosas más importante en cualquier relación).
El objetivo de la organización de la vida familiar es triple. Se trata de:
- Ahorrar dinero (o dicho de otro modo, optimizar el uso de nuestros ingresos económicos)
- Liberar tiempo (otra de nuestras grandes restricciones en la vida de hoy)
- Conseguir mejorar el confort diario (en términos marketinianos estaríamos hablando de “optimizar la experiencia de usuario”), con lo que reducimos tensiones y “malos rollos” en el ambiente, mejorando la convivencia