Tomando impulso

El viernes pasado me encontré con un amigo. Me dijo que le pareció extraño que hubiese publicado un post tan corto. Yo le comenté que me parecía que había poco que añadir, pero empezamos a hablar sobre el asunto y estuvimos un buen rato de charleta, así que me comprometí a elaborarlo un poco más.

Liverpool y Tottenham necesitaban tres goles para clasificarse para la final de la Champions, siempre y cuando no encajaran ninguno, porque un solo gol en contra supondría tener que marcar cinco en total (por el valor superior que tienen los goles en campo ajeno).

Ambos equipos tenían, además, muchas bajas. Sus delanteros titulares estaban lesionados. Y enfrente tenían dos auténticos equipazos: Barça y Ajax de Ámsterdam. El más difícil todavía.

Sin embargo, jugaron con tanta fe que fueron capaces de alcanzar lo que parecía imposible. Y de paso, provocar un auténtico seísmo en sus oponentes (no hay más que echar un vistazo a la prensa de Barcelona para darse cuenta de lo que ha supuesto caer eliminados de esa manera). El sábado 1 de junio, a las 21:00, Liverpool y Tottenham se verán las caras en Madrid en la final de la competición.

Sí, estamos hablando de fútbol, pero yo suelo decir que este deporte (como muchos otros) es un reflejo de lo que pasa en la realidad. Porque a veces, sin aviso, las circunstancias que condicionan nuestra existencia se ponen en contra y puede llegar a parecer imposible poder superarlas.

En una situación así, cuando la vida se pone muy cuesta arriba, son fundamentales dos cosas:

  • Buscar un “suelo”, un punto de apoyo, desde el que poder tener una estabilidad para reflexionar con cierta tranquilidad y poder tomar impulso para volver a subir.
  • Tener una ilusión, un sueño, una meta a la que llegar, que dé sentido a lo que hacemos (o queremos hacer) y que nos ayude a superar el trance que estemos viviendo. Como decía Winston Churchill, “si estás atravesando un infierno, sigue caminando”. A lo que Luis Rojas Marco, el prestigioso psiquiatra, añadió: “… porque terminarás por salir”.

Estabilidad, reflexión, ilusión. El trinomio mágico que nos permite avanzar en la vida. Si le añadimos la acción (porque la fe se sustancia en nuestras obras, no en las creencias) y la perseverancia, tarde o temprano, van a llegar los frutos.

No importa lo dura que pueda llegar a ser la situación en la que te encuentres. Es seguro que puede ser peor, es decir, se trata de poner la atención en lo bueno que tienes. Ese tiene que ser tu suelo, el lugar desde el que tomar impulso.

El siguiente paso para avanzar es el de ponerse pequeños objetivos a alcanzar, de manera ininterrumpida. Una montaña se sube paso a paso. En lugar de obsesionarse con la cima, es mejor centrarse en el siguiente paso. Con el tiempo, vas a ver lo que vas avanzando.

El Liverpool y el Tottenham necesitaban tres goles en la segunda parte para clasificarse. Pero el importante, al volver del descanso, era marcar el primero. Ese logro fue un chute de moral para buscar el segundo. Y luego el tercero. Y lo que parecía imposible, al final se consiguió.

Durante el camino van a aparecer obstáculos. Muchas veces no van a salir las cosas tal y como deseamos o planeamos. Y va a aparecer el desánimo. Es normal. Lo importante es no dejar que la baja moral te venza. Aquí es donde hay que tirar de trucos para seguir “en la pelea”.

Por ejemplo, yo tengo una serie de canciones que me entonan en los días del “no”. Las puedo poner en bucle hasta que surten efecto y vuelven las ganas de hacer frente al reto al que esté enfrentándome.

También es importante tener alguien con quien poder “descargarse”, pero no por darle la “paliza”, sino por sacar de dentro eso que te pueda estar corroyendo y así volver a tope a la pelea.

Al final del día hay que enfrentarse a la siguiente pregunta: “¿he hecho todo lo que estaba en mi mano hoy para mejorar?”. Si la respuesta es “no”, en lugar de flagelarse o comerse aún más la cabeza, hay que aceptar que no somos perfectos y que podemos fallar. Al día siguiente vamos a tener una nueva oportunidad. Porque en estos casos resulta muy apropiada esa expresión de “cada día tiene su afán”.

Y resulta que si haces esto que te cuento con disciplina, un día verás que las piezas empiezan a encajar. El premio, merecido, por fin llega. Y encima, todo lo que has pasado te ha hecho mucho más fuerte. No lo digo por decir.

Y a ti, ¿qué es lo que te funciona? Me gustará leer tus comentarios (aquí, en redes,…).

Para terminar este post, te dejo con esta canción de Justin Timberlake, de título “Can´t stop the feeling” (sí, es una de las que me pongo a veces en bucle). Como dice en ella, “imagina, imagina, imagina”.

Enjoy!!